Esa sensación frustrante de tener siempre miedo a lo que llega.
Esa voz interior que te atormenta cada instante y te impide mostrarte al mundo como eres.
Ese pánico al fracaso y esa ridícula inseguridad que te ahoga lentamente, en silencio, sin que nadie se dé cuenta.
Porque con esa ingenua sonrisa no engaño a nadie salvo a mí misma.
Esa voz interior que te atormenta cada instante y te impide mostrarte al mundo como eres.
Ese pánico al fracaso y esa ridícula inseguridad que te ahoga lentamente, en silencio, sin que nadie se dé cuenta.
Porque con esa ingenua sonrisa no engaño a nadie salvo a mí misma.
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